ORIGEN DE LA LOGICA Y DE LAS MATEMATICAS
EL ORIGEN DE LA LOGICA
Y DE LAS MATEMATICAS
Las
dos ciencias provienen del afán de interpretar las acciones de la madre
naturaleza, más aún, comparten su acta de nacimiento. Las dos materias se basan
en el llamado axioma de identidad o principio de identidad el cual se formó
paulatinamente en el cerebro de los humanos pioneros para luego, ya con carta
de madurez, convertirse en un principio rector del pensamiento. Tanto fue así
que algunos filósofos pensaron que este axioma, en conjunción con otros
derivados de él, estaba incrustado en la mente como verdad evidente que
hacía innecesaria una demostración.
El
axioma, para la filosofía y su carácter universal que hoy nos interesa dice, que una cosa real es igual a sí misma en un momento dado y a nada más. Es
importante resaltar la adición que hago a la forma común de decirlo al incluir
la frase, “en un momento dado”, que excluye el paso del tiempo, me pone en capacidad de ignorar los cambios que su devenir causa, así como la experiencia psicológica que es un
producto elaborado en base a experiencias del pasado. Modernamente se ha de
completar diciendo que el principio o axioma de identidad es “la igualdad de la
cosa real y física consigo mismo en un instante dado del espacio tiempo”.
Las
Matemáticas se basan en el axioma de identidad cuando establecen la igualdad de
los miembros en sus expresiones, que no es otra cosa que el compartimento de la
identidad. Las Matemáticas describen la
realidad con veracidad solamente si sus demostraciones y conclusiones sobre los
fenómenos se mantienen ajustadas al principio de identidad. O sea, los
resultados que obtiene son correctos en tanto mantienen la identificación de un
fenómeno fielmente a través del proceso en cuyo caso Las Matemáticas son
verdaderas para ese fenómeno según la descripción que de él se ha hecho en un
principio. Aquí es cuando la física y las matemáticas se juntan. La primera ha
de ser una fiel descripción del fenómeno en estudio so pena de inducir a
errores, la segunda no debe rebasar la descripción física.
Pero,
ha sucedido, que algunos científicos se han equivocado en la descripción de un
fenómeno natural al que atribuyeron condiciones que no representaban su
verdadera identidad, sea por aumento, disminución o alteración de datos fundamentales
de él. Esto es lo que le pasó a Newton en su concepción de espacio y tiempo
absolutos. Le acontece a Einstein cuando propone soluciones para un universo
estático. En ambos casos las matemáticas desarrolladas son útiles y precisas
para los respectivos fenómenos descritos lo cual no garantiza que sean
descripciones ajustadas a la realidad observada. Las matemáticas usadas han
sido irreprochables, ha fallado la descripción del fenómeno, digo, porque en el
caso de Newton la idea de que espacio y tiempo fueran absolutos no estuvo ni
está conforme con la realidad, algo que se descubrió después de su muerte, y
puede demostrarse experimentalmente. En el caso de Einstein porque el universo
no es estacionario sino dinámico como se sabe por experimentos varios, que
concluyen que está en permanente evolución expansiva. El mismo Einstein aceptó
el error que no pudo reparar, aunque lo intentó. Es útil recordar que Gödel, el
matemático de la indecibilidad, demuestra que la verdad es una categoría
superior a la demostrabilidad.
La
Lógica, por su parte, es una ciencia formal cuyo principal objetivo es ayudar a
la corrección en el pensamiento, propósito que lo consigue con la ayuda de
medios, modos y formas de razonamiento precisas ajustadas a reglas
desarrolladas por ella mismo. Pero, detrás de todo el aparataje del que se
sirve esta la búsqueda de la verdad, de la concordancia plena entre el objeto y
el sujeto. O sea, el objeto de la Lógica es expresar en conceptos la identidad
de las cosas.
Recordemos
que el hombre empieza la aventura del conocimiento, en primera instancia
mediante el conocimiento directo que proporciona la percepción; luego, agotada
esta opción, para continuar desarrollando este apetito cognoscitivo, requiere
organizar las variadas ideas que forman y matizan el entorno, es cuando se
forma y justifica la lógica y su función descifradora para ayudar en el
objetivo de llegar al conocimiento superior. Pero en todo el trayecto mental ha
de cuidar de que no se altere la identidad del objeto. Los errores de lógica
tienen nombres propios, aquí los separo según la intención: si son
inconscientes serán paralógicos, si son incurridos a propósito como sofismas.
Pero hay muchísimos mas.
El
manejo de la similitud entre la Lógica y las Matemáticas ha dado pie al surgimiento
de una estrecha colaboración entre ellas que hoy denominamos Lógica Matemática
o Lógica Simbólica. Con ella podemos resolver problemas complejos.
Lo verdaderamente clave es, entonces, la demostración de cómo se
forma en la mente humana el axioma madre mencionado. Sacarlo de su enigmático
origen a uno concorde con la capacidad humana de formularlo a través de sus
sistemas de conocimiento es el propósito de esta sumilla, para lo cual he de
topar criterios acordes con la evolución.
Si la mente del hombre es una "tabula rasa" al nacer
como lo dice el filósofo y lo confirma la moderna Neurología, hay que
aceptar todas las consecuencias de tal hecho, por lo tanto hay que allanarse
a que nacemos sin experiencias, con
apenas ciertas habilidades genéticas útiles para la supervivencia, y que las
experiencias, comenzando por la madurez de los sentidos, se construyen con el
paso del tiempo, y que el origen
de los axiomas no es ajeno a este proceso cerebral común que mencionamos
de edificación de lo que llegará a ser el pensamiento humano.
Avizoremos la actividad de un hombre en tiempos primitivos, en su
diario bregar. No es un relato minucioso pues el objeto es resaltar los
aspectos de la vida elemental que llevan a una construcción mental, en esta
oportunidad, del axioma de identidad.
Un día.- Un hombre deambula por el bosque. Mira una manzana
colgada de un árbol, ve el fruto, su hambre induce la secreción de unos
químicos relacionados con la ansiedad y el deseo, camina hacia el árbol,
coge la fruta, la lleva a su boca, la come; luego de la ingesta
experimenta alivio orgánico y sicológico.
De todo ello forma en su memoria un registro neuronal. El
registro en memoria incluye la participación de muchas neuronas
correspondientes a distintos sentidos que han participado al mismo tiempo
compartiendo los datos del hecho real. Así intervinieron células de la visión,
del tacto, del oído, del gusto, del olfato y posiblemente otras neuronas más de
sistemas complementarios como el límbico, o zonas hábiles para organizar los
recuerdos tal como el hipocampo.
En resumen, la memoria almacenó los datos de los sentidos junto a
los datos de los químicos que estuvieron a cargo de las sensaciones de ansiedad
por hambre, de expectativa y de saciedad luego de ingerirla, para ello
invadieron el sistema circulatorio con sus enzimas.
El mensaje de su reflexión es constante: las frutas son parecidas,
más nunca iguales. Lo sabe, siempre es lo mismo, sin excepciones.
No cabe duda, una manzana solo es igual a si misma, nunca habrá
otra igual. Ha nacido un criterio de identidad. Pasarán muchos años antes de
que esta conclusión se generalice y suba a la categoría de verdad indiscutible.
Ha intervenido la abstracción que no es otra cosa que una simplificación de los
datos irrelevantes en beneficio de los importantes, mecanismo que se basa en la
comparación entre recuerdos neuronales presentes en la mente que reflejan las
diferencias y las similitudes. Todo ello en base a experiencias vividas.
Así el hombre ha logrado construir el axioma de identidad. Sus aplicaciones llegarán muchos años
después.
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